"Karabo", nuestro antepasado más temprano, es el eslabón perdido entre el hombre y el mono.
A partir de un esqueleto encontrado en una cueva de Sudáfrica, el paleontólogo-artista John Gurche hizo una reproducción de la cara de Karabo, quien muestra una sonrisa inconfundible de ser humano, debido a su cara, sus ojos y su boca, en tanto que los pómulos y las cejas se asemejan a las de un animal salvaje, publicó el Daily Mail.
Karabo -que significa ‘la respuesta’- tiene como nombre oficial Australopithecus Sediba medía menos de un metro y medio de altura.
Vivió hace casi dos millones de años.
Su esqueleto fue descubierto en 2008.
Uno de los puntos que más llamó la atención de los investitgadores fue que su mano era muy parecida a la de un humano.